Los Síndromes Mielodisplásicos (SMD) son un grupo heterogéneo de enfermedades de la médula ósea, caracterizados por un mal funcionamiento o fallo de la mélula ósea en la producción de las células sanguíneas.
La médula ósea es un tejido compuesto por una mezcla de células que se encuentran en el interior de los huesos, formando lo que se denomina tejido hematopoyético, es el lugar donde se producen las células de la sangre, es decir, los glóbulos rojos o hematíes, los glóbulos blancos o leucocitos y las plaquetas.
a. Glóbulos rojos: dan el color rojo a la sangre, contienen hemoglobina (proteína rica en hierro) que se encarga de recoger el oxígeno de los pulmones, para trasportarlo a todo el cuerpo.
b. Glóbulos blancos: son los especializados en la defensa del organismo. Los hay de varios tipos, entre los que destacan: Neutrófilos: su función es eliminar todo microorganismo que entre en el torrente circulatorio. Linfocitos: forman el sistema inmune, procediendo de la médula, entran en la sangre para colonizar los ganglios linfáticos, el bazo y las amígdalas.
c. Plaquetas: son células que hacen de “ladrillos” para taponar cualquier hemorragia, evitando así que perdamos sangre.
En los SMD la célula madre de la médula ósea está dañada, lo que provoca que las células de la sangre se formen de manera defectuosa y además se mueran demasiado pronto. Por eso puedes tener recuentos bajos de uno o varios tipos de glóbulos en la sangre.
En la mayoría de las ocasiones se desconoce la causa exacta que ha provocado la aparición de un SMD. Los investigadores han sugerido que hay personas cuyos genes presentan ciertas predisposiciones, que en caso de entrar en contacto con un factor externo determinado, puede originar la aparición de la enfermedad. A continuación te indicamos algunos de estos factores externos:
-
Haber recibido quimioterapia o radioterapia, para tratar un cáncer previo aumenta el riesgo de desarrollar un SMD a lo largo de los años.
-
La exposición a ciertos tóxicos usados en la industria y en la agricultura, como el benceno o ciertos insecticidas o herbicidas, se ha asociado desde hace años a la aparición de este tipo de enfermedades. Hoy en día no se permite el contacto sin protección con estos productos químicos, pero puede haber otras sustancias que no conozcamos y que puedan contribuir a desencadenar un SMD.
-
El tabaco se ha asociado al desarrollo de SMD en varios estudios, aunque su importancia es mucho mayor en otras enfermedades como el cáncer de pulmón o las enfermedades cardiovasculares.
A pesar de que el alcohol, por sí mismo o por el daño en el hígado que produce, puede dar lugar a recuentos bajos de células de la sangre, de momento no se ha probado que cause SMD. Tampoco se conoce ningún tipo de comida ni dieta que cause SMD.
Esos factores externos y otros que no conocemos aún, causan un daño en la parte más importante de la célula madre de la médula ósea: sus genes. Los genes son como los párrafos del programa (como el de un ordenador) que dirige las funciones de las células En los últimos años, distintos grupos de investigadores han estudiado todos los genes de las células de la sangre de pacientes con SMD y han encontrado que casi todos los pacientes presentan, al menos, un cambio (una “mutación”) en esos genes, que muy probablemente contribuya al desarrollo de su SMD.
Los SMD son propios de personas con edades avanzadas, por lo que se piensa que son los factores relacionados con el envejecimiento y la exposición durante la vida a tóxicos ambientales los principales responsables del desarrollo de la enfermedad. Aún así hay casos excepcionales, en los que se desarrolla desde el nacimiento por haber heredado determinados genes alterados. Pero si tu SMD ha sido diagnosticado en la edad adulta, la posibilidad de que tus descendientes tengan la misma enfermedad son mínimas (algo mayores que en el resto de las personas, pero en todo caso muy, muy pocas).
¿Los Síndromes Mielodisplásicos son un cáncer?
El diagnóstico de un SMD requiere demostrar la existencia de un fallo en la capacidad de producir células maduras sanas en la médula ósea. Estas características de malignidad son requisitos para el diagnóstico de un SMD, lo que hace que puedan ser considerados como un tipo de cáncer de la sangre.
Un concepto erróneo es pensar si en un paciente con SMD se pueden dar metástasis, esto sólo ocurre en otros tumores no hematológicos
Por último, la gran variabilidad en el grado de fallo medular y en los distintos tipos de SMD, hacen que no podamos definirlos a todos por igual, ya que pacientes con SMD de bajo riesgo, se comportan de un modo más benigno y pueden ser largos supervivientes.